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Origen

Era de noche, y la luna se alzaba en su máximo esplendor. Una kaldorei de cabellos plateados recorría las calles de Darnassus en dirección al Templo de la Luna. Lucía una larga toga blanca ornamentada por joyas y bordados de color marrón. Se detuvo en la entrada del templo y suspiró. Con paso decidido entró al edificio, y se colocó frente a una sacerdotisa, solicitando la audiencia de una hermana de Alto Rango, y presentándose como... Yustiel Sombralunar.

La sacerdotisa asintió con la cabeza, y se retiró por los pasillos. Al cabo de unos minutos volvió a aparecer, acompañada por otra Kaldorei, que lucia una ostentosa y exótica toga blanca. Ambas elfas de la noche se plantaron frente a Yustiel.

-Esta es la hermana que pedía hablar.-le dijo la sacerdotisa con la que había hablado ya.-
-De acuerdo, puedes retirarte hermana- se giró hacia Yustiel- Y bien, hermana. ¿De que quería hablar con nosotras?
-Me gustaría solicitar el permiso para crear una orden afiliada a la Hermandad. Aceptaríamos ordenes vuestras, como si fuéramos parte del propio templo.
-¿Y cual es el motivo de este acto?
-El motivo es simple hermana.-empezó a responder Yustiel mientras se retiraba un mechón de pelo de la cara- El estado de nuestros bosques no se encuentra en su máximo esplendor. desde el cataclismo nuestro territorio ha sido debilitado, y la aparición de los nuevos ataques de la Horda no ha hecho más que empeorar la situación- Cogió aire, y continuó- La Orden tomaría una posición hospitalaria, colaboraríamos con las centinelas que soliciten nuestro apoyo.
-¿Quienes podrían unirse a la orden?-pregunto la sacerdotisa.
-Cualquier hermano que quiera unirse, incluso civiles. Si hace falta a ellos se les instruirá en el combate, si así lo desean.
-¿Y que tareas realizareis?
-Nos ocuparemos de actividades que puedan reducir el estrés de las divisiones, desde la protección de civiles, hasta la escolta de suministros hacia ellas. La orden intentara evitar el enfrentamiento directo, si no es necesario, puesto que somos hospitalarios, no militares.
-Entiendo... -La sacerdotisa se giro en direccion a los jardines del templo, pensando en la peticion de Yustiel- De acuerdo, os concedo el permiso para realizar tal orden. ¿Ya teneis un nombre pensado, hermana?
-Si, la orden se llamara El Manto de Elune, y desde este momento, prometemos ser el manto protector y guía de nuestros hermanos.

Ambas kaldoreis se despidieron respetuosamente, y Yustiel salió a las afueras del templo, contemplando toda Darnassus. Segundos después emprendió la marcha, con un objetivo que cumplir, mientras susurró un salmo hacia la Dama Blanca...

-Madre Luna, desde este momento, juro bajo tu luz, que protegeré a tus hijos bajo tus designios.

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